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Homenaje. Su familia junto al monolito de homenaje en un parque que llevará su nombre, entre las calles El Salvador y Miguel de Unamuno. / G. C.

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En 2016, unos meses antes del fallecimiento del veterinario Ángel Cascón Pérez, el Ayuntamiento de Almendralejo, su ciudad natal, aprobó en pleno de la Corporación municipal dedicar un homenaje a este profesional, pero sobre todo a una buena persona. Pero no ha sido hasta este pasado viernes, cinco años después, cuando se ha destapado la placa en recuerdo a este conocido veterinario en un parque que llevará su nombre y que se encuentra entre las calles El Salvador y Miguel de Unamuno. Muy cerca, por cierto, de donde residió con su mujer y sus seis hijos.

No se sabe si será el último homenaje, pero no fue el primero. También en su ciudad natal recibió uno en las fiestas patronales de la Piedad y otro de la Congregación de los Luises en el año 2005, cuando él mismo recogió el de 'Buena persona de Almendralejo'.

Colegiado de honor
Compaginaba su labor de veterinario clínico en la comarca con el control sanitario del mercado de abasto y también del zoo

Además, el Colegio de Veterinarios de Badajoz le nombró 'colegiado de honor' en 1996 y le otorgó la Medalla de Oro de la entidad por haber estado colegiado más de 50 años. Pero sobre todo pasará a la historia «por ser una buena persona, altruista y por tener un amor a los animales fuera de lo normal». Así lo exponía el exjefe de la Policía Local de Almendralejo, Antonio Ramírez, que fue el encargado de solicitar formalmente este homenaje a Ángel Cascón en nombre del colectivo de caballistas de la localidad, una iniciativa que permitió recoger 576 firmas de apoyo.

Durante el acto de este pasado viernes, se descubrió una placa en un monolito con un mensaje explícito: «in memoriam de una persona para quien el altruismo fue su insignia».

Ángel Cascón era una persona muy conocida en la ciudad y reconocida en todas partes, casi lo mismo que esa labor desprendida que le llevaba a dedicarle a los animales cualquier hora del día o de la noche, cuando se le avisaba para alguna urgencia en algún cortijo. Por cierto, en muchas ocasiones ni cobraba su dedicación cuando el propietario del animal no estaba sobrado.

Avanzado a su tiempo, Cascón estudió Veterinaria en Madrid a pesar de no tener ningún lazo familiar con la profesión.

De su casa en la calle Mártires pasó a la capital de España y después por León, donde compaginó la carrera con las milicias universitarias en el regimiento de Infantería, para terminar en Córdoba.

Su inquietud le llevó después a obtener la diplomatura en Inseminación Artificial en Madrid, según indican fuentes de la Asociación Extremeña de la Historia de la Veterinaria.

Ya casado con María García Merchán, la también almendralejense Mariqui, comenzó a ejercer la profesión en 1966 en Almendralejo, donde compaginó tareas como el control sanitario del mercado de abastos con las de veterinario clínico para todo tipo de animales en pueblos de toda la comarca.

Veterinario del zoo
Tal fue así que se convirtió en el veterinario 'oficial' del zoo de Almendralejo, el único zoo que durante años funcionó en Extremadura, como recordaba el alcalde, José María Ramírez.

Sin embargo, una de las anécdotas más curiosas de este veterinario fue cuando fue requerido por el torero Juan Antonio Ruiz 'Espartaco' para extirparle las uñas a una leona de su propiedad, según las mismas fuentes.

No fue la única experiencia que Ángel Cascón tuvo con los animales de la selva, ya que tuvo que repetir la misma operación a cinco leones y a un tigre al ser reclamado por los propietarios de un circo instalado en Torremejía.

El torero Juan Antonio Ruiz 'Espartaco' requirió sus servicios para que le extirpara las uñas a una leona de su propiedad

Esa labor de veterinario clínico la compaginó también con la de profesor de Ciencias en el instituto Santiago Apóstol, antiguo Instituto Laboral; y con la de inspector regional de Sanidad.

Además, fue concejal en el Ayuntamiento de Almendralejo.

«Turró» 28 coches
Sus compañeros también recuerdan que llegó a tener 28 coches durante su vida profesional, ya que sus continuos viajes por los pueblos de la comarca le llevaron a hacer miles de kilómetros con unos vehículos que no resistían su ritmo frenético. «Los turró», recordaba el alcalde. No en vano estuvo en activo durante 42 años, hasta que en 1996 le llegó la merecida jubilación.

Ángel Cascón falleció en 2017 en Almendralejo a los 86 años.

De él dirían compañeros veterinarios como Arturo Benegasi que fue una «persona afable y sencilla, símbolo de profesionalidad, dignidad y lucha por la profesión veterinaria en la actividad práctica diaria».

Y amigos como Manolo Rodrigo recordaban de él no sólo su dedicación a los animales y su bondad como persona, sino también anécdotas como las 88.000 ovejas que llegó a vacunar contra la lengua azul en la provincia de Badajoz y las 90.000 en la de Cáceres.