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Misión Gallástegui - Alberto Portela Vázquez

18/07/2016

PRÓLOGO

No tengo muy claro el motivo por el cual el autor me ha elegido para que prologue su obra, aunque probablemente se deba a ese intangible llamado amistad o a la proximidad existente entre Galicia y el Bierzo. De cualquier forma me siento muy honrado a la vez que preocupado, pensando si seré capaz de despertar el interés de los lectores con estas palabras de prólogo.

En primer lugar quiero resaltar que desde el punto de vista conceptual la obra está perfectamente actualizada y estructurada. De ahí que puede decirse que el texto, trata de conciliar la antigua ar­monía con el vigor moderno, la erudición con la mirada genealógica de un historicista riguroso. Todo su intento por conseguir una síntesis revitalizadora entre pasado y presente que concluirá con una serie de aportaciones novedosas y totalmente desconocidas referentes a Cruz Gallástegui, que le convierten en el primer libro biográfico publicado hasta la fecha.

El autor nos presenta que el tiempo cíclico es ante todo un esfuerzo por pensar, dominar y renovar el retorno de los antepasados; una conjunción: entre la circularidad natural y el ciclo humano que, no sin violencia, ha adoptado otra cronología, que acompaña a su propia genealogía, apoyada en la historia y en la lengua1. Aportando muchos datos personales (infancia, familia, aficiones...) gracias a la inestimable colaboración de una informante de lujo, su hija Dña. Lourdes Gallástegui, que vive actualmente en Madrid.

1 AUGUSTO, R., «La recepción de Schelling en España: traducciones al español», en: Daimon. Revista de Filosofía, n° 36, septiembre-diciembre de 2005, pp. 177-181.

Otro valor del libro es que su lectura resulta fácil y estimulante para cualquier persona, que comprobará que el esfuerzo e intuición de Gallástegui, con sus aportaciones tras su estancia en Alemania y en Estados Unidos pesarán considerablemente en los años que se abren tras él.

Kafka ha dado buena cuenta de la opacidad contemporánea, por un lado, aunque no sin comicidad, fue capaz de exponer como pocos el cariz hiperprofano y desalentador del presente: "a veces me imagino, por juego, a un griego anónimo que llega a Troya sin haber querido ir ahí nunca". Por otro, no dejaba de pensar en alguien provisto de una fuerza inimaginable, que fuese capaz de trasladar sus raíces "al fondo de los siglos pasados"2. Así el autor, se ha esforzado por rescatar la obra y las palabras de este gran veterinario, o por sumergirse en ellas, en un proceso que se halla entre la especulación solitaria y el radical desasimiento de los objetos. Sólo a partir de ellos comprobamos la prolongación de la inquietud protagonizada por Alberto, que se hace evidente también en la confección de la idea de progreso y en la claridad sobre la entidad de la cultura gallega. Destacando una temática nunca antes estudiada, narrada por orden cronológico: maíz, castaño, SPS, producción lechera, genética animal, etc.

En el texto se estudia la evolución política del país, así como la relación de Gallástegui con personas de marcada tendencia nacionalista que trabajaban en la Misión Biológica, como Osorio-TafalIyAlexandre Bóveda, incluido el propio Castelao que le marcaron políticamente, después de la guerra civil. Si la crisis de la ciencia y las nuevas ¡deas científicas propuestas en el texto han servido para tomar constancia de la inestabilidad de la racionalidad postulada como la más segura, en el campo social se analizaron con insistencia los nuevos comportamientos multitudinarios o masivos, poco acordes con el concepto de formación individual. Así lo hicieron quienes pusieron en duda el carácter halagüeño implícito en la denominación de ciencias del espíritu3.

2 MIRALLES, F. "Franz Kafka". Océano Grupo Editorial, S.A. Barcelona. 2000

3 Jay, M., La imaginación dialéctica. Madrid,Taurus, 1974, p. 290

 

Se trata de una obra realista, a la vez que entretenida, apostando por la profundidad sin caer en el oscurantismo. El aspecto visual es impecable, pues como decía Einstein, el cerebro humano funciona con imágenes y aquí las distintas figuras, diagramas y fotografías, actúan en equipo facilitando la comprensión y resaltando las ideas más importantes. Cada capítulo aborda un problema concreto, buscando la motivación intelectual expresando el sentimiento de dispersión y giro en la nada, característico de unos años turbulentos y aciagos. Pero esas valoraciones no sólo surgen de un estado de cosas coyuntural, sino que resaltan las dificultades para hablar sin perífrasis, en estos tiempos, del civismo en el trato, en la organización y en su respeto de la ilustración individual4.

De acuerdo con Wittgenstein podemos señalar que una época entiende mal a otra; y una época mezquina entiende mal a todas las demás en su propia y fea manera. Alguien preocupado por el poder de la anticultura y por falta de aprovechamiento o mal uso de las fuerzas individuales. Como decía el mismo autor "la energía seguía siendo energía"y la desaparición de rasgos culturales, al parecer sólidos, no era sino el desvanecimiento de algunos medios para expresar unos valores -que todavía podían manifestarse por nuevas vías5. Pare­ce más claro hoy que el presente no ha surgido entre el pasado y el futuro para corregir el primero e iluminar los pasos hacia el segundo. Las grietas que han cuarteado nuestra civilización, no impiden re­conocer en el juego entre tradición e innovación, la vida tormentosa de nuestro protagonista.

El autor ha sabido eludir tanto un catastrofismo más o menos endeble y quejumbroso, apto para todo comercio menudo, como un optimismo enfático e insulso que apela no a las complicaciones de la razón, sino a una racionalidad abstracta tan banal como mentirosa y conocida como desconocida. También intenta resolver el conflicto entre transmisión y novedad, sometido siempre al devenir, que se acentúa cuando la progresividad vino a equiparar la oposición con la antinomia ideológica entre reacción y acción. No cabe duda que

4 Adorno, Th. W., Filosofía y superstición, Madrid, Alianza, 1972, p. 174.

5 Wittgenstein, L, Observaciones, México, S. XXI, 1981, pp. 151 y 21-23

el mundo heredado puede sentirse como modelo de redundancia, de reiteración: la tradición toma un dato, lo transmite y prolonga, aunque, al completarlo, suprime lo que había de viveza en el impulso inicial. Conviene no olvidar, "que el conocimiento científico, al invalidar cualidades que hace aparecer como ilusorias, no por ello las anula. La cantidad es la cualidad negada, pero no la cualidad suprimida"6.

La historia en absoluto elige un único camino para el despliegue de los hechos: el pasado, así, aparece en una multiplicidad de voces. Tal pluralismo, que no resuelve las contradicciones, satisface a la conciencia histórica, y constituye esa "esencia de la tradición" de la que el presente participa de buen grado. Por ello, el estudio histórico, de tipo cultural, es tanto investigación, conocimiento de la historia, como mediación de la tradición, realizada en el seno de un lenguaje no neutralizado, según se aprecia en los mejores historiadores.

Quiero terminar diciendo que es preciso estimular la lectura de obras como esta que sirven para rescatar la vida y obra de grandes hombres de la profesión Veterinaria, deseándole al lector que disfrute con su lectura.

Prof. José Manuel Martínez Rodríguez

Académico de Número de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León

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