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Los Guada de Mansilla: Veterinarios desde 1823

13/12/2021La Nueva Crónica

Antonio Guada Villaoz y el árbol genealógico de la familia. | L.N.C.

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 Antonio Guada Villaoz se estableció como albéitar-herrador y con él arrancó una saga de veterinarios que, cinco generaciones después, llega hasta hoy
Cuando algún negocio, algún histórico comercio, quiere dar sensación de seriedad y eficacia, de confianza a los clientes, añade a su nombre un lema del tipo ‘Casa Fundada en 1923’. Y viste mucho.

Lo mismo —mejor dicho, más— podrían hacer una saga de veterinarios leoneses, vinculados a Mansilla de las Mulas y que llevan un apellido que en aquellas tierra dice mucho: Guada. Esta saga de profesionales podría poner en sus tarjetas: ‘Veterinarios desde 1823’. O ‘Quinta generación de veterinarios’.


El patriarca llegó desde Palencia buscando comarcas ganaderas en las que pudiera ejercer su profesión

 

Y es que fue en 1823 —se dice pronto pero están a las puertas de cumplir dos siglos— cuando se estableció en Mansilla de las Mulas el primero de la saga, Antonio Guada Villaoz, como albéitar-herrador, que es como se llamaban entonces los veterinarios. Desde entonces han sido cinco generaciones y nunca han faltado veterinarios en ellas; el primero un hijo del citado Guada Villaoz, José María Guada Cañón, veterinario de segunda clase por la Escuela de Veterinaria de León y sus hijos Antonio y Armando también acabaron sus estudios de Veterinaria en la Facultad leonesa en los años 1900 y 1909 respectivamente.

Bien se podría decir que la cuarta generación fue la más ‘prolífica’ pues cuatro de los hijos de Antonio —Antonio, José, Fernando y Julio— cursaron los mismos estudios de sus antepasados. Y dos más, José Antonio Guada Vallepuga y José Ramón Guada Díez, serían la quinta generación de miembros de esta saga familiar dedicados a la Veterinaria en sus facetas más diversas, como se puede comprobar en el árbol genealógico.

Congreso de Veterinaria

Esta singular circunstancia propicio que se presentara una ponencia sobre ellos en el reciente XXVI Congreso Nacional y XVII Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria celebrado en Zamora. El título de la misma es ‘De la Albeitería a la Veterinaria en León: la saga de los Guada’, en la que se hacía un recorrido por la andadura vital y profesional de los protagonistas. Fueron los ponentes dos nietos de Antonio Guada: José Antonio Guada Vallepuga y Fernando Guada Díaz; y dos miembros de la Asociación Leonesa de Historia de la Veterinaria: Francisco A. Rojo Vázquez y Jaime Rojo Vázquez.

Habría que señalar que ‘el patriarca’ llegó a Mansilla desde la localidad palentina de Cevico Navero, donde había nacido en 1806, por lo que sólo tenía 17 años cuando logró su título de Albéitar-Herrador. Creen sus descendientes que en su pueblo natal la ganadería era fundamentalmente de lanar y cabrío, «una zona poco proclive bajo el punto de vista de la práctica de la albeitería». Y llegó a Mansilla, que se convirtió «en el epicentro de la vida familiar y de la actividad profesional de los Guada».

Uno de los hijos de Antonio —José María— siguió los pasos de su padre, estudió Veterinaria en León y sacó el título de Veterinario de 2ª categoría en 1870, a los 25 años. «Fue de las últimas promociones de veterinarios de 2ª pues en 1871 se unificaron todas las categorías existentes».

 


 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

Cubillas y Sahechores de Rueda

Muy interesante resulta la tercera generación de la dinastía Guada, con los dos hijos veterinarios de José María: Antonio y Amando. El segundo de ellos ejerció como inspector veterinario en las cercanas tierras de Cubillas y Sahechores de Rueda.

El otro, Antonio Guada Rodríguez, es definido por sus nietos como «la figura central de la saga». Estudió Veterinaria en León pero antes ocurrió algo extraordinario: Con 12 años, mejor ¡a dos meses de cumplir 12 años!, «solicitó al director de la Escuela ser admitido en la misma», según instancia de 1894 que conserva la familia. «Tras haber superado los conocimientos de Primera Enseñanza fue declarado aprobado, ya que el tribunal examinador le halló con los conocimientos necesarios; realizando el examen de Revalida de Veterinario el 12 de enero de 1900; aprobando los 4 ejercicios del mismo: Preguntas, clínico, práctico de cirugía, y herrado y forjado». Es decir, obtuvo el título de Veterinario poco más de mes y medio después de haber cumplido 17 años».

Amigo de Gordón Ordás fue alcalde por su partido, y en 1936 encarcelado en San Marcos y condenado a cadena perpetua cumplió 6 años de cárcel, con 10 hijos lo pasó muy mal la familia

 

Ejerció el precoz veterinario en Mansilla, en la clínica y herrería de la familia. En 1935 fue nombrado veterinario titular con 24 años de antigüedad, por lo que alcanzó gran fama en la comarca. «Era recordado tanto por su profesionalidad como por su carácter afable y disposición de ayuda, siendo elegido alcalde de la Villa. Era simpatizante del también veterinario Félix Gordón Ordás; manteniendo otros miembros de la familia mucha amistad con el pintor José Vela Zanetti, hijo del también veterinario Nicóstrato Vela, fusilado en 1936 junto a Miguel Castaño y otros».

Su simpatía por la Unión Republicana de Gordón Ordás y las amistades citadas, «junto a las rivalidades familiares que había entonces en Mansilla le ‘costaron’ a Antonio Guada ser detenido y enviado al Campo de concentración de San Marcos, fue destituido como Inspector Veterinario de Villanueva de las Manzanas y Mansilla y acusado de rebelión militar y condenado a pena de muerte, cambiada posteriormente por cadena perpetua y, finalmente, a seis años y un día, que cumplió en Pamplona. «Fue un periodo terrible para él y su familia, con 10 hijos, que logró sobrevivir sin los ingresos del padre de familia». Al ser liberado regresó a Mansilla para ejercer como veterinario libre en la clínica y herrería familiar, «que había quedado a cargo de Chencho Santos, hijo de su antiguo y leal maestro herrador (Santos Francisco) quien declinó la invitación de trabajar para el nuevo veterinario titular por fidelidad a don Antonio y fue detenido y paseado en 1936».

Aquella figura central de los Guada continuó con el ejercicio libre de la Veterinaria en Mansilla, con algunas tristes denuncias por intrusismo, hasta su muerte en 1965».

Por todo el noroeste

Tuvo 4 hijos veterinarios, uno falleció con solo 21 años y el resto ejercieron en Vega de Espinareda, Arganza, Cea, Puente de Domingo Flórez, Santas Martas, Villamartín de don Sancho y en Asturias, Palencia, Valladolid, La Rioja, Burgos... y Mansilla, por supuesto. Mansilla.

Y ya los veterinarios de la quinta generación de los Guada —José Antonio y José Ramón— se han dedicado a la enseñanza en las facultades de León y Zaragoza, el primero; y José Ramón Guada Díaz fue veterinario libre y desde 1987 es funcionario del Cuerpo Técnico Superior de Veterinarios del Principado de Asturias.

Hasta ahí llega la saga... de momento.

 

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