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FOTO EFE/Pedro Puente Hoyos

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No hay otro camino, invertir en salud pública y su ecosistema (industria, ciencia, tecnología, servicios…) es clave para relanzar la economía y crear empleos de calidad. Se impone un cambio de mentalidad: la sanidad no es un gasto, es una inversión y la pandemia de la COVID es una oportunidad para un nuevo contrato social en España

Así de claro y contundente es el mensaje de Antón Costas Comesaña, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, para quien o se aprovecha la oportunidad que se abre tras la pandemia “o de lo contrario vamos a tener  mucha dificultades económicas y políticas en los próximos años”.

La pandemia, afirma,  está contribuyendo de una manera muy clara a cambiar la mentalidad económica y jurídica económica.

“Estamos en un momento en que están cambiando los hechos y es una oportunidad para cambiar la mentalidad político-económica e invertir en determinados sectores de la economía española como es el caso de la salud, esta es probablemente la llave fundamental de nuestro  futuro”.

En la presentación del libro Innovación sanitaria para salir reforzados de la crisis de la Covid-19 (Hiris/Farmaindustria), Costas ha sostenido que la pandemia nos ofrece varias enseñanzas  en cuanto a la relación entre salud pública y economía.

La primera es  que “el coste económico de la no salud pública es inasumible en una economía moderna y también para la democracia; es una enseñanza muy clara”.

“Y si uno tuviera que defender hace un año en público esto, probablemente tendría dificultad  en abogar que la salud pública es esencial para el funcionamiento eficiente de la economía”.

Pero hoy, ha continuado, no se necesita gastar mucho tiempo en poner en evidencia esta realidad :”la salud es  un supuesto básico para el buen funcionamiento  de la economía”.

La dificultad para reconocer este vinculo entre salud y economía, ha referido, venia de una visión dominante de los últimos 40 años  acerca de la naturaleza del gasto en salud.

“Lo hemos visto en los responsables políticos que consideraban la salud como un gasto social improductivo en términos de eficiencia económica”.

Para el economista esta mentalidad ha hecho “mucho daño” y hoy se comienza a ver de una manera más clara que la salud, la sanidad, los cuidados “no son un gasto en el sentido improductivo de la palabra sino que son una inversión necesaria para el buen funcionamiento de la economía”, remarca.

A modo de ejemplo, Costas ha aludido a un trabajo reciente de la catedrática de Economía Beatriz González López- Valcárcel en el que se afirma que invertir un euro en estrategias de rastreo y aislamiento  tiene un impacto en términos de beneficios de siete euros.

También ha recordado que después de la crisis de 2008, hubo un consejero de Sanidad de una importante comunidad autónoma que dijo que no había un derecho a la salud, que la salud era un bien privado.

Aquello, aduce, llevó de hecho a justificar recortes en en el gasto en salud: “Hoy esta afirmación no podría hacerse porque la mentalidad ha cambiado”.

Salud pública: prioridades equivocadas
Otra enseñanza, ha apuntado, es que teníamos las prioridades equivocadas, se daba prioridad a la eficiencia económica y no a la equidad social.

Apunta Antón Costas a países asiáticos democráticos  como Australia, Nueva Zelanda o Japón, que han respondido mejor a esta crisis que los occidentales por su inversión de las últimas décadas en los sistemas sanitarios.

A juicio del economista,  la estrategia utilizada en los últimos cuarenta  años  de invertir en bienes privados para crecer ha llevado a tasas de crecimiento relativamente bajas que no han traído prosperidad para todos.

Sin embargo, ha indicado,  las aplicadas en la  posguerra, años 50, 60 y 70, con inversiones equilibradas en bienes privados y públicos, entre ellos los sistemas nacionales de salud,  condujeron a un mejor comportamiento democrático, económico, financiero…

En su opinión, es muy importante tener en cuenta que el gasto en la salud pública “no perjudica el  crecimiento, sino que da lugar  a una economía más eficiente”.

Catedrático de Economía Aplicada, Antón Costas

La crisis de la pandemia, argumenta Costas, también nos ha hecho ser más conscientes de la debilidad industrial, tecnológica y científica, “y estas debilidades no nos permiten en momentos dramáticos, como ahora, una capacidad de soberanía económica e industrial”.

El catedrático de Economía considera que la pandemia se presenta como “un momento de oportunidad para construir un nuevo contrato social en España”

Y la clave de bóveda va a ser el ecosistema de salud, en un sentido amplio. Además de darnos fortaleza  tecnológica, industrial y científica “será el sector con mayor capacidad para crear buenos empleos.

Pero ha indicado que se necesitan políticas de recuperación a corto plazo, junto a unos  fondos europeos que deben utilizarse como palanca de transformación y “para reinventarnos y crear ese ecosistema de la salud, entendido en sentido amplio”.

La pandemia, ha concluido,  nos ha hecho ver que teníamos las prioridades equivocadas; que invertir en salud pública e innovación sanitaria mejora, por un lado, la equidad de un país y, por otro, aumenta la eficiencia económica de ese país.

Salir de la crisis
Cómo salir de la crisis y en qué medida la salud y la ciencia pueden contribuir a ello, son las preguntas principales a las que intenta responder el citado libro.

La obra escrita por expertos españoles en economía, política sanitaria, gestión, medicina e investigación, ofrece las claves para revertir la actual situación de crisis y para que la salud y la ciencia se conviertan en los vectores de cambio que necesita España junto a sus socios europeos.

Así lo ha indicado Jesús María Fernández, fundador y director general de Hiris, en el acto de presentación telemático.

Por su parte, el director general de Farmaindustria,Humberto Arnés, ha señalado que “contar con una industria farmacéutica sólida es de vital importancia para un país moderno”.

Y lo es, ha sostenido, por su liderazgo en la investigación de medicamentos: “Como estamos comprobando, es la industria farmacéutica la que lidera la I+D de medicamentos en el mundo, en un marco de cooperación estrecha con gobiernos e instituciones públicas de investigación”.

Y también “porque garantiza el abastecimiento a través de tejidos productivos fuertes”.

Arnés ha recordado que la investigación biomédica es esencial para la calidad de la prestación sanitaria.

“Hoy no cabe hablar de un sistema sanitario moderno y de verdadera calidad sin una ingente actividad en investigación. La I+D de medicamentos es cada día más abierta, colaborativa e internacional”.

La carrera sin precedentes por lograr vacunas contra la Covid-19 ha sido el mejor de los ejemplos”, ha afirmado.

Los autores del libro son:

Jesús María Fernández, director de Hiris Care.
Antón Costas, catedrático de Economía en la Universidad de Barcelona
Laia Arnal y Joan Comella, directora de Desarrollo de Negocio y director del Instituto de Investigación Vall d’Hebron.
Nathalie Moll, directora general de la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia).
Eduardo Díaz-Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).
José Luis Fernández, director general de Iqvia España.
Álvaro Hidalgo, profesor de Economía en la Universidad de Castilla-La Mancha y presidente de la Fundación Weber.
David Cantarero, profesor de Economía en la Universidad de Cantabria
Josep Pomar, gerente del Hospital Son Espases y presidente de la Fundación Signo.
Santiago Rabanal, director gerente de la Organización Sanitaria Integrada Eskerraldea-Enkarterri-Cruces de Osakidetza.
Pedro Luis Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria.
Patricia Arratibel y Rafael Bengoa, del Instituto de Estrategia SI Health.