Guillermo Couto durante su exposición.
“Los conocimientos de la oncología veterinaria pueden aplicarse en los seres humanos para combatir y curar el cáncer”. Éste fue el mensaje que cobró fuerza en el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Veterinaria y en las Jornadas Canarias de Oncología Veterinaria, que se clausuraron el sábado 2 de mayo en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria. El doctor Guillermo Couto, “el mentor y padre de los veterinarios especializados en oncología en España”, como lo definió el presidente del Colegio de Veterinarios de Las Palmas, Enrique Rodríguez Grau-Bassas, aseguró que “los últimos avances en oncología veterinaria están sirviendo para tratar más adecuadamente a los humanos porque tienen puntos en común”.
Guillermo Couto es un veterinario argentino que trabaja desde hace 37 años en Estados Unidos. Estuvo 30 años en la Universidad de Ohio trabajando como jefe de Servicio de Oncología y actualmente trabaja en una clínica privada de Pensilvania.
En una comparativa entre humanos y animales, considera que “en general los tumores son semejantes, dependiendo de la especie, sea perro o gato, y de la raza. Hay distintos tipos de cánceres pero de los más comunes entre humanos y animales es el de mama. El cáncer de mama de la mujer es muy común en las perras y las gatas”.
Los linfomas en los humanos son muy comunes en el perro y el gato. “Hay gran variedad de tumores que son muy semejantes, lo que nos permite desarrollar métodos diagnósticos y de tratamiento en perros y en gatos, que eventualmente también se aplican en medicina humana”.
La gran mayoría de los determinantes para el cáncer son genéticos: el ADN. “Sabemos que en ciertas líneas de perros hay quienes tienen una alta incidencia de linfomas, pero después hay factores ambientales y de dieta, de los cuales sabemos muy poco. En gatos hay virus, como el de la leucemia felina, que inducen al cáncer. Hay virus que predisponen al gato a tener cáncer, como en la inmunodeficiencia felina, que es lo que les pasa a los humanos con sida”.
En Estados Unidos el tumor más común en los animales es el linfoma y en Europa y España es el cáncer de mama. “El cáncer de mama en Estados Unidos casi no existe porque castramos a las perras antes del primer celo el 90% de las veces. Es un mensaje muy bueno para la población: si castras a las perras en el primer celo no van a tener cáncer de mama o la incidencia va a ser mínima”.
“Si no los tratamos, los linfomas matan a un perro en 30 o 40 días. Con tratamiento viven uno, dos o tres años, dependiendo del tipo de linfoma, con calidad de vida excelente. Los carcinomas de mama son aplicables también a las gatas”.
“Los veterinarios españoles pueden ver cáncer de mama todos los días de la semana. En cambio en Estados Unidos veo tres o cuatro por año en mi clínica. Si se castran antes de los seis meses a las perras y a las gatas, la incidencia de cáncer de mama es prácticamente cero”.
“Una de las grandes cosas que ha ocurrido con la veterinaria es que hace unos 15 años los médicos de humanos nos empezaron a venir a buscar a los veterinarios porque podemos generar datos sobre ciertos tumores comunes tanto en el perro como en el humano; en mucho menos tiempo, con mucho menos dinero, como menos dolores de cabeza legales”.
Así el cáncer de huesos, que es muy común en el perro y bastante común en los niños, mucho de los avances con los chicos se ha logrado gracias a la implementación con los perros. En la rama grande la oncología comparada estudiamos perros y trabajamos en equipos con médicos de humanos”.
“Cuando estaba en Ohio, nuestros socios eran los del Hospital Escuela Pediátrico. Trabajamos con oncólogos pediátricos para desarrollar todos estos protocolos nuevos de diagnóstico y tratamiento y descubrir un poco más de cosas sobre los tumores”.
En Estados Unidos hay una sociedad gubernamental que se llama el Instituto Nacional de Cáncer. “Hace diez años abrieron el departamento de oncología comparada, que es una rama en la que solo se estudia el cáncer de perros y gatos. Lo manejan los veterinarios con médicos de humanos. Los veterinarios publicamos muchísimo en revistas de oncología humana en estos momentos y estamos generando un montón de conocimientos nuevos. Es mucho más fácil hacerlo primero en el perro”.
El trabajo conjunto puede servir para desarrollar planes de diagnóstico y tratamiento y para aprender más sobre la enfermedad. “En Estados Unidos el cáncer de huesos en común en los niños, pero a pesar de eso habrá unos 500 o 600 niños por año con tumores de huesos. En Estados Unidos hay entre 30.000 y 35.000 perros por año con cáncer de hueso y la biología del tumor es exactamente igual al de los chicos”.
“Ahora nos acaban de aceptar un artículo científico en el cual descubrimos genes específicos que llevan a que los perros desarrollen cáncer de hueso, que será el mismo que van a tener los chicos”, concluye Guillermo Couto.
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