Santiago Vega, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
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Hace casi un año, el veterinario español Santiago Vega fue elegido por parte del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), para participar en un proyecto internacional para la formalización y consolidación de una red One Health frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad en Iberoamérica y el Caribe. “Fue una sorpresa”, confiesa en declaraciones a Diario Veterinario. El proyecto, que tiene una duración total de cuatro años, fue elegido entre 175 proyectos de 20 países diferentes.
El proyecto del español, que lidera un equipo integrado por especialistas de todos los ámbitos coordinado por Daniela Figueroa, presidenta de la Fundación Educación y Ciencia y profesora en la Universidad Adolfo Ibáñez en Chile, pretende, no solo llevar a cabo una labor de investigación, sino también un ejercicio divulgativo para hacer llegar a la sociedad la necesidad de luchar contra el cambio climático desde un enfoque One Health.
Durante esta primera etapa, todo el trabajo y las reuniones que han realizado se han llevado a cabo de forma telemática, debido a la pandemia provocada por la COVID-19. Como resumen de estos primeros meses, Vega resalta la creación de un observatorio para el cambio climático y One Health. Además, se han conformado equipos de investigación para ir recolectando y procesando datos dentro de ese observatorio para cada una de las regiones de Latinoamérica en las que trabajan. También se ha puesto en marcha la creación de becas para que estudiantes de las diferentes universidades de Latinoamérica puedan ir participando en proyectos de investigación en la zona.
Sobre el futuro del proyecto y los próximos tres años que les quedan por delante, la red pretende seguir diseñando estrategias que “permitan fortalecer el proyecto creado como un observatorio para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”.
CAMBIO CLIMÁTICO Y EL PAPEL DE LOS VETERINARIOS
Precisamente la lucha contra el cambio climático es una cuestión que reverbera en el trabajo que Vega realiza en la actualidad, y que comenzó sus primeros pasos hace dos años cuando publicó el primer libro sobre One Health junto con Fernando Fariñas y Federico Mayor Zaragoza en España, el único que existe hasta la fecha sobre este enfoque publicado en español.
Para el experto, el papel del veterinario en la lucha contra el cambio climático es “básico”, ya que, debido al progresivo aumento de las temperaturas, entre otros motivos, los casos de zoonosis, enfermedades que saltan de animales a humanos, han aumentado durante el siglo XX y lo que va de XXI. Por ejemplo, un estudio publicado el pasado octubre por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) reconocía que este incremento generalizado de las temperaturas como consecuencia del cambio climático está favoreciendo la transmisión del virus del Nilo Occidental por Europa. El año pasado, Andalucía notificó varios casos de este virus en humanos.
Este aumento de las temperaturas no solo afecta directamente a la salud humana, los animales también padecen los daños colaterales de este fenómeno. Según un estudio publicado por la revista Science, los brotes infecciosos en poblaciones de vida silvestre se han vuelto cada vez más frecuentes debido al cambio climático. El estudio propone la hipótesis de “desajuste térmico” en las especies de climas más fríos, más susceptibles a los parásitos con el aumento de temperaturas.
Además de la llegada de nuevos virus a zonas geográficas en las que antes no se habían notificado casos, Santiago Vega recuerda que “cada año aparecen cinco enfermedades nuevas, y tres tienen su origen en animales”. Por ello, aboga porque la labor del veterinario esté en el foco de la lucha contra el cambio climático, e insiste en la necesidad de que se trabaje de manera conjunta con otros profesionales como médicos, biólogos o profesionales de la biodiversidad bajo un enfoque One Health.
IMPLANTACIÓN DEL ENFOQUE ONE HEALTH
Si bien, el veterinario lamenta que “en las profesiones sanitarias este enfoque no termina de calar, los especialistas sanitarios no terminan de ver qué pueden aportar a una estrategia como esta cuando realmente One Health en sus inicios fue algo que se desarrolló con un cariz muy clínico”.
Así, reitera la necesidad de cooperar entre todos los profesionales, y propone a la comunidad científica una estrategia para prevenir futuras pandemias que pase por un trabajo de prevención, ya que “solo se conoce el 1 % de los virus que hay en el planeta”. “Debemos ser nosotros los que marquemos los tiempos, no los virus”, añade.
EDUCACIÓN, BIODIVERSIDAD Y ECO HEALTH COMO ESTRATEGIAS
Aparte de involucrar la labor de todos los profesionales bajo un enfoque One Health en la lucha contra el cambio climático y en la prevención de futuras pandemias, da un paso más allá y pone encima de la mesa una estrategia Eco Health. “Con el cambio climático y la pandemia se ha visto que la biodiversidad es una pata muy importante, precisamente por ello hay que intentar dar más énfasis a esta tercera pata. No puede haber salud humana ni salud animal si el planeta tiene sus recursos agotados o contaminados”.
En este sentido, apunta a una “ruptura del dique de la biodiversidad” que está propiciando que agentes infecciosos, mayoritariamente virus, salgan de los lugares en los que se encontraban de forma habitual y lleguen hasta la sociedad. Vega señala como causas de este fenómeno la acción humana. Pone de ejemplos la invasión de la vida silvestre con la deforestación, la ganadería extensiva, el comercio de especies protegidas, la concentración de la población en grandes ciudades...
Por otro lado, una de las acciones con las que para el veterinario se puede hacer frente al cambio climático por parte de la sociedad científica y médica es la educación. Propone a la sociedad pensar en actividades cotidianas a través de las cuales, con un simple gesto, puedan mejorar el cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, hace hincapié en la cantidad de desperdicios que día a día se tiran de comida. “Cada ser humano, de media, tira unos 121 kilos de comida al año”, asegura. “Esa producción de comida genera gases invernadero, si sólo comprásemos lo que necesitamos estaríamos contribuyendo a reducir entre un 8 y un 10 % la emisión de gases de efecto invernadero”.
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