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“Más allá de la hagiografía o el victimismo: La trayectoria de Abelardo Gallego Canel en Santiago de Compostela (1903-1921)”

23/01/2023Fernando J. Ponte Hernando.

Fernando J. Ponte Hernando.
Académico Numerario del sillón de Hª de la Medicina de la RAMG. Instituto de España. Obtuvo el III Premio Amigos Historia de la Veterinaria por su trabajo “Más allá de la hagiografía o el victimismo: La trayectoria de Abelardo Gallego Canel en Santiago de Compostela (1903-1921)”

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“Más allá de la hagiografía o el victimismo: La trayectoria de Abelardo Gallego Canel en Santiago de Compostela (1903-1921)”

Gallego Canel (1879-1930) catedrático de la Escuela de Veterinaria de Santiago y posteriormente de la de Madrid, fue maestro directo e indirecto de numerosos veterinarios y médicos. En cuanto a los médicos, directo por sus cursos de histología, grandes éxitos académicos todos ellos, en Barcelona, Salamanca y en nuestra Universidad de Santiago de Compostela. E indirecto por sus publicaciones, en especial los capítulos de histopatología del Manual de Patología General de D. Roberto Nóvoa Santos, obra de estudio canónica, en sus ocho ediciones, de los médicos españoles, durante 40 años.


Al estudiar la vida y obra de los grandes maestros se tiende a la exageración y a la hagiografía. Por otro lado, también al victimismo.


Advertidos diversos errores e imprecisiones en la vida y obra de Gallego Canel en su etapa compostelana, fundamentalmente debidos a la ilustre pluma del recordado D. Benito Madariaga de la Campa (1931-2019) hemos procurado atenernos a la verdad demostrada, más allá de la duda razonable. Se decía que Gallego era un hombre no reconocido, huraño, apartado del ambiente científico, un gran sufridor en resumen, que hizo su labor hercúlea en solitario e incomprendido, en una Escuela Santiaguesa de la que Rof Codina dijo que: «ha funcionado unos pocos años una Escuela Especial, falta de medios y de orientación adecuada».


Hicimos fundamentalmente un estudio del tema basándonos en la prensa local.

De él, obtuvimos las siguientes CONCLUSIONES:

  1. Abelardo Gallego tuvo contacto fluido y cordial con otro gran histólogo compostelano Eduardo del Río Lara, discípulo de Cajal, catedrático de nuestra Facultad de Medicina.
  2. No hemos encontrado que lo tuviera con el anciano Ramón Varela de la Iglesia (1845-1922), catedrático de Fisiología, e introductor de la Histología en Santiago, que compitió contra Cajal y Simarro por la cátedra de Madrid, aunque Varela aparece en algún documento de firmantes en apoyo de Gallego de los asuntos referidos en el trabajo.
  3. Gallego inculcó a sus alumnos el uso intensivo del microscopio, hecho capital en la evolución científica de la veterinaria y el abandono del herrado.
  4. Obtuvo el general reconocimiento profesional como demuestra el hecho de haber sido nombrado profesor interino de histología por su prestigio científico.
  5. Fue ampliamente reconocido, incluso en sus propias palabras, por la clase médica compostelana, que compartía con él actividades científicas y sociales y le encargaba cursillos de histología para ellos en la Escuela de Veterinaria, lo cual no concuerda con la supuesta diferencia social entre ambas profesiones o dice mucho de la maestría de Gallego y de las ganas de saber de los médicos.
  6. También hemos demostrado que era el patólogo de confianza de, al menos, Nóvoa Santos, catedrático de Patología general y de Luis Blanco Rivero, catedrático de Cirugía, que le remitían piezas de biopsia. No fueron ellos, como se decía, quienes le enseñaron histopatología a él, sino al contrario.
  7. Tenía el apoyo general de los catedráticos de la Universidad que, reunidos en la llamada Junta de Defensa, solicitaron al rector que apercibiese al director de la Escuela en el sentido de dejar trabajar a Gallego y no ponerle trabas, lo que demuestra gran implicación a su favor.
  8. En cuanto a los problemas achacados a Gallego parecen más bien derivados de su carácter intransigente, de su economía precaria y, fundamentalmente, del mal ambiente que se respiraba en la Escuela de Veterinaria durante gran parte de su estancia, por el asunto de los comisarios regios, derivados de lo que se llamó la burellada.

 

Fernando J. Ponte Hernando.
Académico Numerario del sillón de Hª de la Medicina de la RAMG. Instituto de España.
Profesor de Historia de la Ciencia.
Historia de la Medicina. Facultad de Medicina.
Doctor en Medicina (USC), en Historia de la Ciencia (UDC) y en Veterinaria. (UEx)
Departamento de Filosofía y Antropología.
Universidad de Santiago de Compostela.
ESPAÑA (SPAIN)

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