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Dinamarca matará 17 millones de visones para frenar una nueva variante del coronavirus que ha saltado a humanos

06/11/2020DinamarcaEl País

Un trabajador traslada visones sacrificados en la granja de Hans Henrik Jeppesen, cerca de Soroe, después de la decisión del Gobierno danés de eliminar todo su rebaño. JACOB GRONHOLT-PEDERSEN

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El Gobierno de Dinamarca ha ordenado sacrificar a millones de visones tras la detección de una nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 que se ha extendido entre las granjas de cría y después ha saltado a humanos. Hay por lo menos 12 personas contagiadas con esta nueva variante del virus en la península de Jutlandia —la parte continental del país que linda con Alemania—. Según las autoridades danesas, esta versión del virus supone un serio riesgo para la salud pública, ya que podría expandirse por Europa y poner en peligro la efectividad de las futuras vacunas contra el coronavirus.

El Gobierno del país escandinavo ha anunciado este jueves el confinamiento estricto de siete municipios del norte de la península de Jutlandia por casos de contagios con esta variante del virus. Las medidas afectan a 280.000 habitantes. Durante al menos cuatro semanas cerrarán restaurantes y bares, centros culturales y deportivos e institutos, mientras las escuelas infantiles se mantendrán abiertas.

Zonas afectadas

con granjas con

coronavirus

Aalborg

Holstebro

JUTLANDIA

Copenhague

E

P

E

D

Odense

Esbjerg

DINAMARCA

50km

©

 

Esta nueva variante del virus “podría tener consecuencias devastadoras para la pandemia en el mundo entero”, ha advertido la primera ministra danesa Mette Frederiksen en una comparecencia virtual. “Un virus mutado corre el riesgo de propagarse a otros países. La situación es muy seria”, ha añadido. La Organización Mundial de la Salud ha confirmado en Twitter que está al tanto de las informaciones sobre la mutación de virus en los visones de Dinamarca y que están en contante comunicación con las autoridades del país.

El Gobierno ha puesto en marcha un programa para que los granjeros de visones maten a sus animales con la ayuda si es necesario de la policía y el ejército. En total se calcula que hay que aniquilar a 17 millones de ejemplares, la totalidad de los que se crían cada año para abastecer la industria peletera del país, la primera productora mundial. Más de mil granjas se reparten por todo el país y al menos en 207 de ellas se ha detectado transmisión del coronavirus entre visones.

Hace unos meses los Países Bajos detectaron que el nuevo coronavirus podía pasar de los cuidadores de las granjas de visones a los animales y después de estos a los humanos, lo que llevó al sacrificio masivo de ejemplares. En España, un brote de coronavirus obligó a acabar con los casi 100.000 de estos animales de una granja de La Puebla de Valverde, en Teruel, por las mismas razones.

Una de las cosas que puede hacer a un virus más peligroso es que salte de una especie a otra. Un solo virus que entra en una célula es capaz de producir decenas de miles de copias de sí mismo. El virus necesita la maquinaria biológica de su nuevo huésped para leer y copiar su secuencia genética —en este caso compuesta por casi 30.000 letras de ARN—. En este proceso suceden errores de copia, mutaciones, que pueden cambiar la fisonomía del virus. Si estas nuevas variantes vuelven a saltar a otra especie puede que el sistema inmune no sepa identificarlo y combatirlo con efectividad incluso aunque alguien se haya vacunado antes contra una versión previa del mismo virus. Esto es lo que podría suceder en Dinamarca, según las autoridades del país.

Las autoridades danesas creen que este brote comenzó antes de verano, probablemente cuando algún trabajador de una granja de visones contagió a un animal


El Gobierno cree que esta nueva variante del virus se sigue expandiendo entre personas y que en torno a la mitad de todos los infectados de Jutlandia del norte son ya portadores de esta nueva variante del patógeno, según un informe del Instituto Serológico de Dinamarca. El mismo trabajo explica que el nuevo virus procedente del visón tiene hasta siete mutaciones nuevas. Todas están en la espícula, una proteína con forma de pincho que sobresale del virus y que realmente es una llave con la que puede abrir la cerradura de las células humanas y entrar a infectarlas. Hasta ahora se han identificado al menos 12 personas infectadas con una variante del virus procedente del visón que tiene cuatro mutaciones nuevas en esta proteína. Cuatro de estas personas están relacionadas con al menos tres granjas de visones, según ha informado el instituto serológico. Este organismo cita “estudios de laboratorio” en el que se ha comprobado que las personas infectadas con este virus desarrollarían anticuerpos menos efectivos contra esta nueva variante del virus. “Esto es preocupante, ya que podría afectar potencialmente a la eficacia de una futura vacuna contra la COVID-19”, alerta el documento. Muchas de las vacunas que se están desarrollando actualmente se basan en que el sistema inmune aprenda a reconocer a la proteína S del nuevo coronavirus, por lo que existe la posibilidad de que un nuevo virus con una proteína S ligeramente diferente pudiese infectar incluso a gente que ha sido vacunada.

Las autoridades danesas creen que este brote comenzó antes de verano, probablemente cuando algún trabajador de una granja de visones contagió a un animal. La infección se ha expandido rápidamente por las granjas de Jutlandia hasta afectar a hasta casi 200 explotaciones. También en junio el virus volvió a saltar de los visones a los humanos y provocó varios brotes en la población local, incluido uno en una residencia de ancianos. El Instituto Serológico considera que continuar con la explotación de estas granjas supone un grave riesgo para la salud pública, por lo que recomienda la eliminación de todos los animales.

El Ministerio de Agricultura ha publicado un mapa con todas las granjas afectadas y ha puesto en marcha un plan de ayudas para los granjeros que deben exterminar a sus animales. El sacrificio costará a las arcas públicas unos 700 millones de euros, informa Reuters.

El país escandinavo no ha publicado detalles sobre las mutaciones en el virus y si estas tienen algún efecto, por ejemplo una mayor virulencia o propagación. “Las implicaciones de estos cambios en la proteína de la espícula no han sido evaluadas por la comunidad científica internacional y aún es demasiado pronto para decir que pueden provocar que las vacunas o la inmunidad natural no funcionen”, advierte James Wood, jefe del departamento de veterinaria de la Universidad de Cambridge en declaraciones para Science Media Centre. El ministro de Salud danés ha dicho que la mitad de los 783 casos de covid detectados en el norte del país “están relacionados” con los visones, informa AP. Si esto es así, “es probable que la variante se haya transmitido de persona a persona, más que de visones a personas, por lo que matar a los visones no hará que la variante desaparezca”, ha advertido Wood.

Emma Hodcroft, genetista de la Universidad de Berna (Suiza), es una de las responsables del proyecto NextStrain que analiza y rastrea el genoma completo de las diferentes variantes del SARS-CoV-2 que se están expandiendo por todo el mundo. Ella fue una de las científicas que la semana pasada ayudó a identificar la nueva variante del coronavirus surgida en España durante el verano que después se ha expandido por varios países de Europa hasta ser una de las más frecuentes. Es un virus mutado surgido gracias a los brotes masivos entre trabajadores agrícolas en Huesca y Lleida. Al igual que con la variante danesa, por ahora no hay evidencias de que sea más virulenta o transmisible. “La decisión de sacrificar a los visones puede ser válida para contener el virus en Dinamarca, pero mantener que esto puede afectar a la mayoría de vacunas causa mucha alarma sin que los científicos dispongamos de los datos para evaluarlos como es debido”, ha escrito la investigadora en Twitter. Según un análisis preliminar, dos de las mutaciones observadas en Dinamarca ya se habían dado en otros países europeos, tanto entre personas como entre visones de Holanda. Las otras dos serían totalmente desconocidas hasta el momento.

“Aunque no lo sabremos hasta que no tengamos todos los datos y se hagan los estudios necesarios, lo más probable es que estas cuatro mutaciones no afecten al funcionamiento de las vacunas y lo que es seguro es que no afectará a todas ellas”, explica Fernando González Candelas, catedrático de la Universidad de Valencia y coautor del estudio sobre la nueva variante hallada en España. Averiguar si las cuatro mutaciones de Dinamarca confieren más virulencia o si tienen algún otro efecto es trabajoso y lleva tiempo, explica el científico. Para ello es necesario crear una nueva variante del coronavirus con esas mutaciones y probar su capacidad infectiva, su cantidad de replicación y el resto de capacidades, detalla. “Esta es una decisión muy prudente respecto a la salud pública, pero afecta a una industria de manera muy grave”, resalta sobre la situación en Dinamarca. “Es una decisión política, pero científicamente me gustaría ver los datos para evaluar el posible riesgo y saber si este movimiento ha evitado tomar decisiones mucho más serias más adelante”, concluye.

 

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