Historia colegios

Fecha de constitución definitiva: 25 julio 1901.

Primer presidente: Jaime García Español.

Primer secretario: Francisco Egea Lecina.

Oficial: Real orden 30 junio 1904, en Gaceta de Madrid, 2 julio 1904.

Colegiados en 1904: 128 de 128. Veterinarios en la provincia en 1911: 173.

Antecedentes: Reunión de veterinarios en Valencia, 7 noviembre 1896. Reuniones de veterinarios para constituir el Colegio de la provincia de Valencia, 25 noviembre 1899, 30 julio 1900 y 28 abril 1901.

Observaciones: Falta por contrastar la documentación original y confirmar la fecha de fundación, 25 o 26 de julio o 22 de septiembre de 1901. Fue el primer colegio oficial que se declaró en España, 30 junio 1904.

AGANZO SALIDO, F., RUIZ MOLINER, A. “Don Ramón Gómez Pérez (1868 – 1939), promotor en 1897 del Colegio de Veterinarios de la provincia de Valencia, ampliación histórica”, en VV.AA. Arte y Veterinaria; La Veterinaria en las Ciudades, Madrid, Asociación Española de Historia de la Veterinaria, 2013, págs. 401 – 404.

(…) los veterinarios de la ciudad, que en sus escasos contactos personales no dejaban de lamentar la falta de unidad para abordar con eficacia problemas comunes que se centraban principalmente en el descuido de la clínica a favor de la herradura y en el intrusismo. Especialmente sensible se mostraba don Ramón Gómez que, por ser el más joven, confiaba sobre todo en aumentar la clientela si potenciaba la asistencia clínica. Visitó en sus casas a todos los colegas y consiguió reunirlos el día 7 de noviembre de 1896 en el domicilio de Victoriano Navarro. En esta reunión se sentaron las bases para la constitución de un colegio profesional para la mejor defensa de los mutuos intereses morales y económicos, como lo tenían las clases obreras, la medicina, la abogacía, la notaría y otras muchas colectividades. En consecuencia, de conformidad todos los reunidos, se acordó en principio constituir una Junta de Defensa de los Veterinarios Valencianos. Como presidente se nombró a Camilo Gómez; como secretario a Ramón Gómez y como vocales a Victoriano Navarro, Felipe Saiz y Vicente Comins. Asistieron también a la reunión José Martín y Valero, Emilio Izquierdo y Joaquín Alcuza.

Una vez constituida la junta, se fueron sumando nuevos miembros de la ciudad, que no pagarían cuota alguna, sino sólo y entre todos, los gastos de gestión. Al no tener sede social, las reuniones se celebraban en sus propios domicilios. (…)

En junio de 1899 falleció el presidente de la junta Camilo Gómez, que ejercía como inspector en el Ayuntamiento de Valencia. Ramón Gómez, por su condición de secretario de la junta, tuvo que redoblar sus esfuerzos para la captación de veterinarios de la provincia y a tal fin, y a sus expensas, recorrió en principio los distritos de Játiva, Alcira, Sagunto, Requena, Liria y Sueca. (…)

Cuando agotó sus recursos económicos, finalizaron sus viajes de captación por los distritos, pero con creciente optimismo ante la posibilidad de consolidar la unión casi completa de todos los veterinarios de la provincia. A lo largo de la campaña se iba haciendo un seguimiento de la misma en su establecimiento de la calle Cuarte, 32, donde por las noches estaban invitados a tomar café los compañeros de la ciudad de Valencia, que eran los que en principio constituyeron el primer núcleo colegial. Durante los primeros meses de 1899 se celebraron también allí varias reuniones con asistencia de todos los veterinarios militares encabezados por su jefe, don Antonio Moya, que tenía, como el que más, mucha fe en la colegiación.

Era el momento de llevar al papel el resultado de sus debates y en las reuniones celebradas, tanto el día 25 de noviembre de 1899, como el día 30 de julio de 1900, se tomaron los iniciales acuerdos. En la primera se fijaron los preliminares para organizar la “Colegiación de la Clase” y se nombró una Comisión organizadora integrada por Jaime García Español como presidente, Ramón Gómez como vicepresidente, Francisco Egea como secretario y José Rigal como vocal. Firmaban el acta 15 compañeros. En la segunda reunión se firmó el compromiso de aceptar la colegiación como único medio de progreso y amistad, sujetándose a unas rigurosas bases previas hasta que la colegiación tuviera carácter oficial. Se creó un Tribunal o Junta de Honor, que curiosamente solo lo formarían veterinarios militares, designándose a Antonio Moya, Pantaleón Corella, Leandro Rodríguez y Mariano de Viedma. Firmaron el acta 30 compañeros, expresión de que el ambicioso proyecto se iba haciendo realidad.

El último documento tuvo carácter reglamentario pues sus bases rigieron hasta la confección y aprobación del primer Reglamento firmado por el Gobernador civil. Los trabajos de organización del colectivo hasta entonces limitados al ámbito de la Capital podían darse por terminados. Lo que procedía a partir de entonces era ampliar la propaganda a otros distritos de la provincia, para cuyos gastos se acordó establecer una cuota de una peseta mensual.

Sin duda representó un gran esfuerzo realizar esa campaña y el resultado no se juzgaba satisfactorio, por lo que fueron convocados los colegiados para el día 28 de abril de 1901 en los locales del matadero municipal, sito en la calle de Guillén de Castro donde tenía su trabajo Ramón Gómez, con el fin establecer nuevas estrategias para activar la propaganda a favor de la colegiación. También se comunicó a los convocados que la Comisión directiva había concebido la idea de publicar una revista mensual tendente a la culminación del proyecto iniciado. Al existir conformidad, se nombró director de la misma a don Salvador Benavent, administrador a Miguel Trigo y a jefe de redacción Francisco Egea.

El día 8 de mayo de 1901, diez días después de aquella reunión, apareció el primer número de “La Veterinaria Valenciana”, revista que con carácter de boletín llegaría hasta 1912, e inmediatamente entró en acción. Ese primer ejemplar se abría con una proclama de don Ramón -que no sería la única- destinada a todos los Veterinarios de la provincia. El cuadro que dibujaba no podía ser más razonable y atrayente, poniendo especial énfasis en el ejemplo de las clases obreras, la medicina, la abogacía, la notaría y otras muchas colectividades que con la fuerza de la unión habían alcanzado sus objetivos. En el número tres de la revista se anunciaba una Asamblea de Veterinarios para el día 25 de julio de 1901, fiesta de San Jaime.

La Asamblea tuvo mayor importancia de la esperada y reinó en ella una extremada cordialidad. Tuvo, en realidad, carácter nacional pues acudieron Veterinarios de Cataluña, Madrid, Alicante, Murcia, Castellón, Teruel y Zaragoza. Tanto entusiasmo generó, que se exageraron los frutos a conseguir, hasta el punto de asegurar que representaba “la entrada de una nueva era de regeneración de la clase”. Ocupó el sillón presidencial Pedro Moyano Moyano, catedrático de Fisiología en la Escuela de Zaragoza, teniendo a su derecha a Juan Morcillo y a su izquierda a Ramón Gómez, verdaderos pioneros. Los valencianos Gómez y Egea hicieron uso de la palabra a favor de la colegiación general y finalmente el profesor Moyano hizo oportunas consideraciones sobre el mismo tema y aconsejó se mantuvieran contactos con otras provincias para organizar un congreso nacional que llevara a los Poderes públicos el proyecto de reformas que la clase necesitaba. Como el Colegio de Valencia iba a quedar definitivamente consolidado, podría influir en la creación de otros que ya se estaban constituyendo. (…)

Las Provincias, 28 julio 1901, pág. 1.

En el Instituto Médico se reunieron anteayer, presididos por el profesor de la Escuela de Veterinaria de Zaragoza, Pedro Moyano, los veterinarios civiles y militares de la capital y de varios pueblos de esta provincia y de las de Castellón, al objeto de constituir un Colegio Veterinario provincial, lo mismo que el de médicos y farmacéuticos.

            El presidente pronunció un discurso, elogiando las ventajas que ofrece la colegiación, y por unanimidad fue constituido el Colegio, reeligiendo como junta directiva a la comisión organizadora, que ha preparado con gran acierto los trabajos de que damos cuenta.

AGANZO SALIDO, F., RUIZ MOLINER, A. “Don Ramón Gómez Pérez (1868 – 1939), promotor en 1897 del Colegio de Veterinarios de la provincia de Valencia, ampliación histórica”, en VV.AA. Arte y Veterinaria; La Veterinaria en las Ciudades, Madrid, Asociación Española de Historia de la Veterinaria, 2013, pág. 404.

El día 22 de septiembre de 1901 se celebró Junta general para discutir y aprobar el Reglamento del Colegio, cuyo proyecto se publicó en la revista “La Veterinaria Valenciana” del día 1 de septiembre. El Colegio de Valencia quedaría así definitivamente establecido y, en consecuencia, se procedió a designar la siguiente Junta Directiva: presidente, Jaime García Español; vicepresidente, Ramón Gómez Pérez; tesorero Antonio Rodríguez López; secretario Francisco Egea Lecina; vocales, Mariano de Viedma, Pantaleón Corella, Felipe Saiz Álvarez, José Rigal Carcelén y Miguel Trigo Mezquita.

Gaceta de Medicina Zoológica, año XXVIII, nº14, 15 julio 1904, págs. 209 – 211, “Corporación oficial”, por La Redacción.

Poco acostumbrados a las buenas obras en favor de la Veterinaria nacional, cuando en las altas regiones oficiales hacen siquiera justicia, es motivo de satisfacción para la clase entera. Tal sucede con la Real orden que a continuación transcribimos nombrando Corporación oficial al Colegio de Veterinarios de la provincia de Valencia, el primero que obtiene tan justa concesión. Órgano oficial de dicho Colegio esta revista y Presidente del mismo nuestro Director, a nadie extrañará que esta redacción esté de enhorabuena y que orlemos este número, enviando a la vez nuestra felicitación y nuestro entusiasta aplauso al Colegio valenciano que así sabe honrar a la clase. He aquí la Real orden:

MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN

Vista la instancia elevada a este Ministerio por el Presidente del Colegio de Veterinarios de Valencia en solicitud de que se otorgue al mismo la declaración de Corporación oficial que preceptúa el art. 85 de la Instrucción general de Sanidad, aprobada por Real decreto de 12 de enero último:

Resultando que a la mencionada instancia se acompaña una lista que autoriza el Secretario, con el V.B. del Presidente y sello de la Corporación, en la cual constan inscritos en dicho Colegio 128 Veterinarios:

Resultando de la certificación, que también se acompaña, expedida por la Administración de Hacienda de la citada provincia, que durante el corriente año figuran comprendidos para el pago de la matrícula industrial 128 Veterinarios en la capital y en la provincia:

Vistos el art. 85 de la Instrucción general de Sanidad y la Real orden de 30 de noviembre último:

Considerando que con arreglo al artículo precitado tienen derecho a ser considerados como Corporaciones oficiales, con todas las facultades y prerrogativas que el mismo y el 88 determinan, los Colegios residentes en las capitales de provincia que cuenten entre sus individuos más de dos terceras partes del número de Médicos, Farmacéuticos o Veterinarios que ejerzan en toda la provincia:

Considerando que el Colegio de Veterinarios de Valencia se encuentra en esta circunstancia por haber acreditado, en la forma que determina la Real orden de 30 de noviembre último, que están inscritos la totalidad de los que ejercen en toda la provincia;

S. M. el Rey (q. D. g.), de conformidad con el dictamen del Real Consejo de Sanidad en pleno, se ha servido disponer se otorgue al Colegio Veterinario provincial la declaración que solicita de Corporación oficial para todos los efectos que determina la Instrucción general de Sanidad.

De Real orden lo digo a V.S. para su conocimiento y fines consiguientes. Dios guarde a V.S. muchos años. Madrid 30 de Junio de 1904.

Sánchez Guerra. Sr. Gobernador civil de la provincia de Valencia.

Conociendo nosotros el entusiasmo de los Veterinarios navarros, guipuzcoanos, alaveses, riojanos, aragoneses, manchegos, extremeños, etc., confiamos en que no descansarán hasta que sus respectivos Colegios sean declarados Corporaciones oficiales, como esperamos que, sin levantar mano, se organice un Colegio en cada provincia, en el que ingresen todos los Profesores que ejerzan y residan en las mismas. La Redacción.